El mantenimiento del coche es fundamental para anticipar problemas y averías, y reducir en consecuencia el importe de las reparaciones. Sin embargo, hay piezas que, aunque son fundamentales, suelen pasar desapercibidas. Por eso, hoy te hablamos de los tipos de tubos de escape que hay y cuándo debes cambiarlo.
Tipos de tubos de escape
Esta pieza se encarga de expulsar al exterior los gases que genera el motor mientras está en marcha. Este cuenta con un colector; un sistema que se compone a su vez de varios tubos para que pueda pasar la mayor cantidad de gases que sea posible. De ahí, van al catalizador, que elimina las sustancias contaminantes, y finalmente pasan por el silenciador, encargado de reducir el ruido. La salida que vemos solo tiene una función estética. A la hora de distinguir entre los tipos de tubos de escape, se puede atender a los diferentes formatos de esta última o bien a la mecánica del silenciador.
Formato de la cola
Los tipos de tubos de escape según la forma de la cola o la salida son prácticamente infinitos, ya que cada fabricante crea sus diseños propios. Por lo tanto, podemos encontrarlos con forma cuadrada, circular, rectangular o dobles. A lo que hay que prestar atención si queremos cambiarlo es a la homologación. De no contar con esta, no podremos superar las inspecciones técnicas.
Silenciador de absorción
El primero de los tipos de tubos de escape según el silenciador son los de absorción. Aquel se recubre de lana de vidrio o de otros materiales que sean aislantes térmicos y acústicos. Destacan por la alta absorción del ruido; de ahí su nombre.
Silenciador de expansión
En ellos, la forma del tubo se ensancha para luego volver a estrecharse, de manera que se genera un rango de frecuencias muy alto. Gracias a este sistema, se elimina parte del ruido, pero no el suficiente como para cumplir con las normativas, de ahí que se combine con otros. Generalmente se emplea para lograr que el ruido sea más grave.
De resonador lateral
En este caso, el tubo de escape se perfora y se rodea de otro de diámetro mayor. Cuando el ruido sale, rebota entre los dos y se reduce así el volumen. Este sistema tampoco se utiliza por sí mismo, sino que se combina con aislantes que reducen el ruido por fricción, silenciadores de interferencia o cámaras de expansión.
De interferencia
Este sistema hace rebotar las ondas al llenar la cavidad de placas paralelas perforadas. El eco hace que se reduzca el ruido al interferir las ondas unas con otras. Se emplean en combinación con los de absorción.
En lo que respecta al momento del cambio de los tipos de tubos de escape, se recomienda hacerlo cada 80.000 km aproximadamente en circunstancias normales. Pero en función de diversos aspectos, como el modelo, el uso o el mantenimiento, quizás haya que hacerlo antes o después.
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