La tracción de un vehículo hace referencia a la fricción que se produce entre los neumáticos y el suelo cuando ambos están en contacto. Es gracias a ella que se hace posible el movimiento. Pero ¿qué diferencia hay entre la tracción trasera, la delantera y la integral? ¡Te lo contamos!
En qué consiste la tracción de un vehículo
El movimiento de cualquier vehículo se realiza gracias al rozamiento que se produce entre los neumáticos y la calzada. De lo contrario, no sería posible avanzar. Esto sucede en el sistema de transmisión, donde la fuerza del motor es transmitida a los ejes, y estos a su vez la pasan a las ruedas.
De este modo, las ruedas comienzan a moverse contra el suelo en la dirección que se haya marcado con las marchas. En cuanto a los tipos de tracción, esta dependerá del eje o ejes que dirigen la fuerza que ha generado el motor. A continuación vamos a ver las diferencias entre sus tres tipos.
Tracción trasera
También conocida como propulsión, la tracción trasera es la más frecuente en los modelos de coches deportivos. Con independencia de dónde se encuentre el motor, la potencia de este va a las ruedas traseras. Es la modalidad más antigua, ya que su fabricación era sencilla y económica.
En cuanto a sus ventajas, permite un buen agarre de los neumáticos y la conducción se vuelve más suave y dinámica. No obstante, el control en las curvas se dificulta y aumenta el riesgo de los derrapes. Estos vehículos son también más pesados y disponen de menos espacio en las plazas traseras.
Tracción delantera
La tracción delantera es el sistema más habitual que podemos encontrar en los vehículos. En esta, el sistema de propulsión conduce toda la potencia del motor al eje delantero, que es donde se encuentra también por lo general la dirección del vehículo.
La principal ventaja que ofrece la tracción delantera es que se logra una mayor estabilidad mientras se conduce. Principalmente en las curvas y cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Además, estos vehículos resultan más sencillos de conducir.
Otra ventaja que ofrece este sistema es la reducción del peso que añaden al vehículo, ya que carecen de un árbol de transmisión. A menor peso, menor es también el consumo de combustible. Y no solo esto, sino que también se reduce el coste del mantenimiento y se aumenta el espacio disponible para los pasajeros. En contrapartida, el desgaste de los neumáticos delanteros se eleva.
Tracción integral
La tracción integral o tracción total en las cuatro ruedas es la que utilizan la mayoría de los todoterrenos, 4×4 y SUV. Con esta, la potencia del motor se transmite a los dos ejes, el delantero y el trasero.
La principal ventaja es un mayor agarre de los cuatro neumáticos, sobre todo en las curvas, y son vehículos con una conducción más segura con todo tipo de condiciones meteorológicas. Como desventaja, el precio del vehículo se eleva, así como el peso y el consumo de combustible.
Tanto si tu vehículo cuenta con tracción trasera, trasera o integral, en Assegur velamos por tu seguridad en todo momento. Contacta con nosotros y te asesoraremos.