Mientras las ruedas de nuestro vehículo no den problemas como los pinchazos, hay una cierta tendencia a olvidarse de que también tienen su fecha de caducidad. Si no tienes claro cuánto dura un neumático, ¡hoy resolvemos tus dudas!
Cuánto dura un neumático
La regla general para saber cuándo dura un neumático se basa en dos puntos diferentes. Por un lado, la antigüedad de las ruedas y por otro el desgaste que hayan sufrido. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo un vehículo que se utiliza a diario y para trayectos largos, que otro que solo se coge ocasionalmente para circular por ciudad. El paso del tiempo afecta a ambos, pero el desgaste, y por tanto la fecha del cambio, será mayor en el primer caso.
De acuerdo con la teoría, habrá que cambiar cuando llegue antes el desgaste en los testigos de medición o bien los cinco años desde que se montó la rueda. Si ha pasado más de ese tiempo o la marca está muy desgastada, estamos poniéndonos en riesgo a nosotros mismos y al resto de personas que viajen con nosotros o que circulen también.
¿Por qué? Pues porque la goma se va deteriorando y si además hemos pasado la marca de referencia, el agarre al asfalto también se verá afectado. Recuerda que este testigo en el dibujo viene determinado por la propia ley y los reglamentos de circulación.
¿Y qué pasa con la fecha de fabricación?
Una duda muy común es la de si hay que utilizar como referencia, para saber cuánto dura un neumático, la fecha de fabricación. La respuesta a esta duda es no. Esta fecha solo indica eso, cuándo se fabricó, pero si ha sido conservado en condiciones óptimas de humedad o temperatura, entre otros factores, puede encontrarse en buen estado años después.
Cuando se toma la fecha de fabricación como referencia, el plazo se amplía hasta los 10 años. Superado este tiempo, sí que nos encontraríamos en la situación que mencionábamos anteriormente, en la que el neumático empezaría a perder sus propiedades y pondría nuestra seguridad en riesgo.
¿Y qué hago si se trata de un neumático de segunda mano? Nuestro consejo es comprarlos siempre nuevos. Cuando ya están usados, el único dato que tenemos de referencia es la fecha de fabricación, y aunque ya sabemos que esta también es válida, quizás las condiciones de conservación no hayan sido las adecuadas.
Así, aunque a simple vista nos pueda parecer que su estado es óptimo, mientras circulamos nos podríamos llevar una sorpresa. ¡No pongas nunca en riesgo tu seguridad ni la de los demás! Para que todo vaya sobre ruedas, verifica a menudo el estado de tus neumáticos y opta siempre por seguros que incluyan la asistencia en carretera. ¡Más vale prevenir!
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