Días más largos, temperaturas más altas y las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina. Son señales evidentes de que llega el tiempo de broncear la piel. Pocas sensaciones son tan relajantes como tumbarse al sol sin nada más que hacer o aprovechar ese momento para la lectura o para charlar con los amigos. Todo, con el regalo añadido de vernos más atractivos, porque nada tan favorecedor como una piel con un moreno natural.
Porque, incluso si no te gusta tomar el sol, estamos seguros de que sí disfrutas del resultado de broncear la piel. Por eso, porque es imposible resistirse a estar morenos en verano, te proponemos la forma de adquirir ese bronceado de una forma natural, más rápida y, claro también, como conseguir mantener esa piel tostada durante más tiempo. Por último, no queremos olvidarnos de un tema esencial, la protección. Así que, no te pierdas la información que hemos preparado, ¡por fin, respuestas a todas las dudas sobre este tema recurrente!
5 Claves para broncear la piel
Ya te adelantamos que pasarse horas y horas al sol no es la forma más recomendable para broncear la piel. Pero es que, tampoco es la más efectiva. Si realmente quieres ponerte moreno rápido, sin pasar por el “rojo quemado”, sin riesgo de pelarte y bronceándote de forma uniforme, estas son los consejos que realmente te interesan.
1. Una dieta para broncear la piel
El bronceado es un proceso natural de nuestro organismo que se produce porque el cuerpo aumenta su producción de melanina como una barrera de protección ante la exposición a los rayos solares. Hay determinados alimentos que estimulan esa producción de melanina, así que es una excelente idea incorporarlos a tu dieta un par de semanas antes de comenzar a broncear la piel.
Seguro que ya los conoces, pero te recordamos los más efectivos: zanahoria, tomate, pimiento rojo, melón, kiwi, aguacate o espinacas son algunos de los más interesantes. En general, todos que tienen un alto contenido de carotenos y betacarotenos, en licopeno y en vitaminas C y E. No te costará tomarlos porque, además de estar riquísimos, son refrescantes y perfectos para incorporarlos a un menú veraniego.
2. Prepara tu piel antes de tomar el sol
Igual de importante que adaptar tus hábitos alimentarios, es realizar una exfoliación profunda de la piel, más o menos un par de días antes de tu primer baño de sol. Con la eliminación de células muertas, lo que te garantizas es que el bronceado dure más tiempo.
Puedes recurrir a un centro de estética, aunque es suficiente con que uses un producto específico que te permita exfoliar tu piel cómodamente en casa. Si te apetece probar un método casero y natural, prueba a aplicarte una mezcla de zumo de limón, miel y azúcar, apta para todo tipo de pieles, hasta las más delicadas.
3. Conoce tu tipo de piel para elegir la mejor crema solar
Los dermatólogos no se cansan de destacar el papel protagonista de las cremas solares a la hora de tomar el sol con seguridad. Pero es que, desde el punto de vista estético, también son imprescindibles para broncear la piel de forma rápida y uniforme. Destierra definitivamente esa idea de que los protectores solares evitan que te pongas moreno o que cojas el tono “subido” que tanto te gusta. La clave es elegir el que corresponde a tu tipo de piel y aplicarlo correctamente.
Si tienes un fototipo más claro y no te pones un protector solar adecuado, lo que vas a conseguir es que tu piel se ponga roja, nunca morena. Si eres de los afortunados que cogen el bronceado solo con asomarse al sol, la crema solar te garantiza que no aparezcan esas antiestéticas manchas y, a la larga, evitas el envejecimiento prematuro.
Nunca elijas una crema solar con factor de protección menor de 30 y recuerda que cuanto más alto es el FPS más prolongas el tiempo de exposición solar. Eso sí, sea cual sea el elegido, nada de aplicarlo una vez al día. Debes repetir la operación varias veces, al menos siempre que salgas del agua.
Por cierto, si no quieres renunciar a tu bronceador preferido, puede usarlo justo encima de la crema protectora. Vas a conseguir un extra de hidratación que tu piel agradecerá, sobre todo si está formulado con ingredientes como el aceite natural de coco, de oliva o de zanahoria.
4. El tiempo es clave para broncear la piel
¡Sí!, aunque suene raro, el reloj es uno de tus aliados imprescindibles cuando te vas a poner a tomar el sol. Para empezar, porque tienes que medir el rato de exposición. Ya te lo adelantábamos y, aunque te sorprenda, no vas a ponerte más moreno por estar más horas. Y es que, el organismo tiene una capacidad determinada de producir melanina, una vez superada… ya puedes estar tomando el sol lo que quieras que no afectará a tu bronceado.
Es conveniente que, precisamente para que tu organismo optimice esta respuesta, la exposición sea progresiva. Empieza con 10 minutos y ve avanzando hasta un máximo de 30, a partir del cual ya no vas a broncear la piel. Además es importante evitar las horas centrales del día (de 10 a 16 horas) porque no te pondrás más moreno, lo que aumentas es el riesgo de quemarte.
5. Hidratación, por dentro y por fuera
Este asunto de la hidratación es esencial, tanto para acelerar el bronceado como para aumentar su duración. Y subrayamos que es importante que hidrantes en tu piel, antes, durante y después del momento de exposición solar. Las propias cremas protectoras ayudan a mantener la piel hidratada. Tras el baño solar, son especialmente efectivas para mantener el bronceado las hidratantes o aceites corporales que incorporan a su composición ingredientes como el aloe vera o el cacao, ambos con propiedades calmantes y antiinflamatorias que contribuyen a regenerar la piel tras el sol.
Pero, igual de trascendental es que te hidrates por dentro, o sea, que bebas mucha agua, al menos 2 litros al día. Fíjate bien y toma buena nota, hemos dicho beber agua, no líquidos. Claro que es mejor un zumo natural que un refresco azucarado, pero lo que hidrata la piel es solo el agua, así que asegúrate esa cantidad mínima y, después, añade otras bebidas saludables si te apetece.
Consejos para que el moreno se mantenga perfecto todo el verano… y más allá
Después de tomar buena nota de esas claves imprescindibles para broncear la piel, te añadimos algunos consejos que mejoran tu protección o son útiles para prolongar el moreno más tiempo. Empieza por aplicarte protector solar, mejor uno específico para rostro y otro para el cuerpo, antes de salir de casa, vayas o no a tomar el sol. Es la mejor medida de prevención del envejecimiento prematuro, las manchas y las enfermedades cutáneas.
Respecto al tema de la protección, conviene que tengas presente que el sol emite rayos UV siempre, da igual que esté nublado o haga menos calor. Estas radiaciones son las más dañinas y te afectan igual cuando estás paseando, bañándote o jugando con una pelota en la playa. Ese tiempo deberías contabilizarlo como parte de la exposición solar o protegerte con el vestuario adecuado para cubrir la piel.
Finalmente, para prolongar lo máximo posible tu bronceado puedes recurrir a ciertos complementos nutricionales, fáciles de adquirir en farmacias y parafarmacias. Habitualmente se comercializan en formato de cápsulas y basta con tomar una o dos al día, según los fabricantes. Son inocuos, ya que se elaboran con extractos vegetales a base de selenio, vitaminas (A, C, E) y omegas 3 y 6. Ayudan a tu piel a sintetizar más fácilmente la melanina y aportan un extra de antioxidantes para combatir los radicales libres que tan dañinos son para la salud.
¡Todo son buenas noticias, como has podido comprobar! Puedes broncear la piel de forma natural, más rápidamente y disfrutar de tu moreno más tiempo. Por supuesto, sin poner en riesgo tu salud. En Assegur nos tienes siempre a tu lado para ayudarte a sentirte mejor y conseguir que cuidarte, física y mentalmente, sea un hábito. Porque tu salud y tu bienestar nos importa.