Para saber qué es un ictus cerebral has de tener en cuenta algunas premisas que lo definen, y hacerte así una idea clara del concepto. Se trata de una enfermedad que afecta al cerebro. Concretamente, al riego de los vasos sanguíneos de este órgano; de hecho, también se le denomina accidente cerebrovascular.
El ictus se produce por la saturación o la rotura de los vasos sanguíneos; eso ocurre a consecuencia de un coágulo en la sangre o por la presencia una partícula. Por tanto, la falta de riego sanguíneo provoca que ni la sangre, ni el oxígeno, ni la glucosa puedan regar el cerebro. Este déficit impide el funcionamiento de las células nerviosas en el cerebro.
Qué es un ictus cerebral: te contamos las claves
La falta de riego sanguíneo en el cerebro a consecuencia del ictus tiene consecuencias devastadoras en el organismo humano. Así, la mortalidad llega al 20% mientras que puede ser causa de discapacidad grave para el 44% de las personas que son víctimas de esta enfermedad, según la Asociación Alento.
La comunidad científica ha catalogado dos tipos de ictus. Los isquémicos, que son aquellos que provocan un déficit del riego sanguíneo en el cerebro. El otro tipo de ictus es el hemorrágico. Este sucede cuando se rompen las arterias que distribuyen la sangre en el cerebro; el riesgo de mortalidad, en este tipo de ictus, es superior al anterior.
La Federación Española del Daño Cerebral (FEDADE) precisa que, aunque se produce de forma repentina, es consecuencia de unos hábitos de vida que no son los adecuados. Por otra parte, aclara que, a pesar de ello, hay factores de riesgo asociados a la edad, el sexo o los antecedentes familiares. Las personas a partir de 60 años tienen más riesgo de sufrir un ictus. Es más frecuente que lo sufra un hombre que una mujer. Y, contrariamente, a lo que se podría pensar, la tasa de mortalidad es mayor en las mujeres. Naturalmente, los antecedentes familiares en este sentido se han de valorar, ya que influyen.
Bajo control
No obstante, a pesar de estas indicaciones, se pueden controlar algunos aspectos relacionados con la salud para minimizar riesgos. Es imprescindible, en esta línea, que controles la presión arterial. Si tienes problemas de corazón has de ser muy riguroso con las indicaciones de tú médico.
Si modificas tu estilo de vida puedes prevenir esta enfermedad. Así, consumir cualquier tipo de droga o fumar no se recomienda; de igual modo sucede con las bebidas que contienen alcohol. Tienes que evitar tener colesterol y triglicéridos. Y, por supuesto, has de cuidar tu dieta para evitar problemas asociados a la obesidad.
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