Para evitar problemas en la carretera, es conveniente prestar atención al mantenimiento básico del vehículo. En el caso de que no te veas capaz de realizarlo desde casa, se recomienda llevarlo a un taller para que procedan con la revisión del mismo. No hacerlo no solo te puede llevar a que el coche te deje tirado en medio de la carretera en el momento más inesperado, sino que además también favorece los siniestros. Para que te resulte más sencillo, ¡aquí te dejamos las claves!
Cómo llevar a cabo el mantenimiento básico del vehículo
Para que te resulte más sencillo verificar todos los aspectos básicos del mantenimiento de tu vehículo, a continuación te dejamos lo que debes revisar con cierta frecuencia y cómo debes hacerlo. Como te hemos indicado, la prevención es la mejor vía para una conducción segura. Acude con regularidad a tu taller de confianza y apuesta siempre por un seguro de coche que te ofrezca la cobertura y la asistencia necesarias.
Batería
La batería de tu coche se encarga de que todo el sistema eléctrico funcione correctamente, pero además, también repercute en el motor. Es, en otras palabras, la alimentación energética del coche. La mayor parte de los problemas que presentan los vehículos en carretera se debe a un mal estado de esta por no llevar a cabo las revisiones periódicas que le corresponden. No solo lograrás alargar su vida útil, sino que evitarás también que pueda descargarse sin previo aviso.
Un sencillo truco para evitar que se vaya dañando es el de desconectarla cuando el vehículo va a estar parado durante un largo período de tiempo. Solo tienes que desconectar los bornes; primero el cable negro y luego el rojo.
Sistema de filtros
Los filtros son uno de los grandes olvidados en el mantenimiento de un vehículo. Solemos prestar atención al cambio de los líquidos y descuidamos el filtro que es el que recoge todas las partículas no deseadas. Cuando estos se obstruyen, también pueden aparecer problemas.
¿Y cuáles son estos filtros que debemos revisar? El del aire, el del aceite, el del combustible y el del habitáculo. Las impurezas pueden llegar hasta el motor desde diferentes puntos; la función de los filtros es evitar que esto suceda.
Sistema de frenado
Los frenos son otra de las partes más importantes en el mantenimiento del vehículo, ya que repercuten directamente en nuestra seguridad. Trabajan de manera conjunta con los amortiguadores y con los neumáticos. Por este motivo, los tres deben ser revisados con frecuencia para evitar disgustos.
En el caso específico de los frenos, se incluyen tanto las pastillas como los discos. Las primeras se cambian cuando el desgaste alcanza la línea límite, aunque ellas mismas suelen hacer un sonido en la frenada que indica que se han desgastado.
El cambio de estas no implica el de los discos. No obstante, el paso del tiempo o unas pastillas que no se renuevan cuando corresponde los pueden dañar. Las señales que suele dar el vehículo para el cambio de aquellas o la revisión del sistema de frenado son los ruidos o las vibraciones al frenar, hundimiento del pedal, dureza o un mayor recorrido de la distancia. Recuerda verificar también el líquido de frenos.
Sistema de iluminación
Los faros del coche tienen doble función. Una es la de permitirnos ver cuando las condiciones para ello no son las adecuadas, como de noche o cuando hay poca visibilidad por la propia meteorología. Pero también la de ayudarnos a ser vistos por otros vehículos.
Ten en cuenta, por ejemplo, que si las luces de freno no te funcionan correctamente y realizas una frenada brusca, el coche que se encuentre detrás no tendrá forma de identificarlo. La consecuencia será un choque o una frenada aún más brusca. Para evitar esta situación, solo debes revisar que todo el sistema de iluminación funciona y que la superficie exterior está limpia. Si alguna bombilla está fundida, cámbiala lo antes posible. Recuerda que este sistema incluye las luces de posición, las de cruce y carretera, las de freno, marcha atrás, intermitentes y antinieblas.
Otro punto interesante a tener en cuenta es la intensidad y el alineamiento. Si por algún motivo la iluminación no es la adecuada, no podrán cumplir con su función. Por otra parte, si están mal alineadas, podrías deslumbrar a los coches que vienen en dirección contraria.
Amortiguadores
Como hemos dicho, los amortiguadores también están relacionados directamente con la seguridad. Su finalidad es la de favorecer el confort durante la conducción para que sea más suave y contribuir a que haya estabilidad en situaciones de emergencia o a velocidades elevadas. Se ven afectados por multitud de factores, como el estado de las carreteras, la temperatura exterior, la humedad o la carga con la que deba circular el vehículo.
Neumáticos
La importancia de los neumáticos en el mantenimiento del vehículo reside en que son el punto de contacto con el suelo. Tanto el exceso como la insuficiencia de aire en estos repercute en su rendimiento y en su vida útil. En el primer caso, se reduce la zona de contacto, por lo que se pierde adherencia; y en el segundo, sucede lo contrario, y además se dificulta el trazado de las curvas y el seguimiento de la trayectoria.
Para conocer cuándo hay que cambiar los neumáticos, podemos utiliza la fecha de fabricación como referencia o el tiempo que llevamos utilizándolos. Diez años es el máximo que se recomienda desde aquella, se hayan usado o no, y si queremos verificar los que llevamos puestos, el límite son los cinco años. No obstante, la profundidad del dibujo también es otra referencia; el límite legal establecido es 1,6 mm. Por su seguridad, el cambio se recomienda cuando es inferior a 3 mm.
Correa de distribución
La correa de distribución es una de las grandes invisibles en el mantenimiento del vehículo. Si se rompe, puede causar daños importantes en el motor y en las válvulas, ya que su función es la de sincronizar los tiempos del motor, las válvulas, las bujías o la inyección, según el tipo de vehículo. Para saber cuándo cambiarla, hay que consultar la recomendación del fabricante.
Líquido refrigerante
El líquido refrigerante es una mezcla de agua destilada con anticongelante. Su función es la de eliminar el calor que se acumula en el motor por la combustión, así como evitar la congelación del agua dentro del circuito. Como en el lubricante, debe cambiarse cada cierto tiempo, o también cuando se ilumina el piloto o vemos que la aguja de la temperatura se aleja de la intermedia.
Catalizadores y sistema de escape
El tubo de escape se encarga de reducir las emisiones contaminantes que se emiten al exterior y el ruido de los gases por la actividad del motor. Para que aquellas no se eleven ni tampoco el consumo de carburante, habrá que verificar el estado de las piezas que lo componen y cambiarlo cuando sea necesario. Para ello, se recomienda la consulta en un taller especializado.
Limpiaparabrisas
Las escobillas suelen dejarse mucho más tiempo del que se recomienda de acuerdo con el mantenimiento del un vehículo. Lo idea para que estén en perfecto estado es cambiarlas cada seis meses, aunque en zonas donde la climatología no es extrema, puede esperarse más. Sin embargo, en aquellas zonas en las que las lluvias son abundantes, las temperaturas descienden hasta el punto de provocar heladas o en verano se elevan en exceso, la goma corre el riesgo de cuartearse. Cuando esto sucede, se dificulta la limpieza del parabrisas, lo que repercute directamente en nuestra visión. De esta depende que podamos sufrir o no un accidente, por lo que es vital que se encuentren en buenas condiciones. Si no puedes cambiarlas por tu propia cuenta, se recomienda de nuevo acudir a un taller para que lo hagan por ti.
Y este es el mantenimiento de un vehículo básico que debes llevar a cabo con regularidad para evitar sorpresas. Aunque no todo está bajo nuestro control en la carretera, que tu vehículo esté en buenas condiciones reduce considerablemente el riesgo de accidente. ¡Piensa en ti y en el resto de personas que circulan junto a ti! Y para más artículos como este, ¡síguenos en las redes sociales!