La Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en las consecuencias del estrés en la salud de las personas. Y no es para menos, porque asumir sus efectos de una forma constante pasan factura. En este sentido, te interesa conocer cuáles son las líneas rojas que no debes cruzar para evitar llegar a un estado desde el cual no hay punto de retorno. Sigue leyendo, y descubrirás las claves para evitar tener problemas de salud.
¿Qué le ocurre a tu cuerpo si tienes estrés constante?
Si estás sometido a estados de estrés constante, una de las consecuencias más habituales es sufrir problemas cardiovasculares. No obstante, los efectos del estrés afectan de forma diferente a cada persona y pueden presentar diversos síntomas que pueden llegar a cronificarse si no pones remedio a tiempo. Entre otros, son los siguientes:
- Las defensas bajan. En situaciones de estrés crónico, tu cuerpo presenta un déficit en las defensas de tu sistema inmunológico. El sistema inmunológico es el responsable de defender tu cuerpo de virus o de bacterias, por ejemplo.
- A flor de piel. El precio que pagas por sufrir estrés de forma continuada se refleja no solo en tu interior, sino que también aparecen síntomas en el exterior, como problemas en la piel; entre ellos, acné y eccemas.
- Contracturas. La tensión constante a la que está sometida una persona cuando sufre estrés desemboca, en muchas ocasiones, en contracturas en diversas partes del cuerpo. La tensión muscular es una respuesta del cuerpo a esas situaciones que nos desbordan al punto de tener una consecuencia física.
- Depresión o ansiedad. No dejes pasar las señales que te manda tu cuerpo, porque tanto la depresión como la ansiedad son dos estados mentales que supondrán un importante déficit en tu estabilidad emocional e, incluso, física.
- Presión arterial. La presión alta es una de las consecuencias más habituales de estar atravesando un periodo de estrés continuado. Puedes sufrir mareos e, incluso, desvanecimientos si tu presión arterial no es la adecuada.
- Diabetes. Esta es una de las consecuencias menos conocidas por el público en general. La diabetes puede acabar convirtiéndose en el resultado de una situación de estrés que se prolonga más allá de lo deseado.
Ante cualquier síntoma que suponga una amenaza para tu salud, no dudes en consultar con tu médico de cabecera. Este profesional sabrá aconsejarte y derivarte, si es necesario, a un especialista que te ayude a ponerle freno al estrés para que no arruine tu salud.
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